LA MÚSICA ES ALCANZAR MINNÉ

  Hoy estamos presenciando un colapso general, tanto en el arte como de la civilización. La causa de la degradación de la cultura y del arte está en la ausencia total de espiritualidad.
La falta de espiritualidad significa salirse del arquetipo. Y el hecho de caer fuera del arquetipo es mortífero, lleva a una degradación total y amenaza con descomponer toda la civilización. La cultura y la música reaccionan con más sensibilidad a esto.
Es necesario insertar la espiritualidad en el arquetipo, para que se haga universal y accesible. Es lo que buscaban los geniales músicos adorados por mí: Mozart, Beethoven, Tchaikovskiy...

  La lira de Orfeo (el piano) se ha convertido realmente en una lira de Narciso. Los jóvenes narcisos admiran patológicamente su propio reflejo en el espejo de los concursos internacionales.
El instrumento debe convertirse en una lira de Orfeo, y el intérprete en un orfeo. Tiene en las manos su instrumento mágico que vence el abismo.... No menos importante es Eurídice: el amor celestial (minné) que languidece en el infierno del decadente orden mundial actual donde la vigilan los carcerberos-guardias. Con su divina manera de tocar, Orfeo baja al mundo abismal para rescatar a Eurídice. debe conmover y vencer a los carcerberos, guardianes del abismo, y cerrar el infierno.
El destino de la música es cerrar el averno.
El alma debe ser liberada de su envoltura terrenal, de su propio averno humano material.
Todas las almas en la Tierra están en un averno bajo una ilusión. Es necesaria una lira mágica mínnica para que sus sonidos divinos, producidos por la tonalidad de minné (precisamente una tonalidad, una textura vibracional singular), liberen a la prisionera.
El secreto del antiguo mito atlante sobre Orfeo y Eurídice consiste en que solo Minné, transubstanciada en los sonidos celestiales encantadores de la música, despierta a las almas del abismal letargo milenario.



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