EL MILAGRO DE LOGROÑO: CAMINANDO CON CABALLOS


  Desde el año 2012, no lejos de la capital de La Rioja, Logroño, funciona el centro de rehabilitación 'Egaztienea' (en vasco: 'Paraíso de pájaros'), donde un grupo de voluntarios se dedica a la curación de niños con diversas disminuciones con equinoterapia. Desde hace tres años, el 'Paraíso de pájaros' se ha transformado en un castillo cátaro en cuyos aires suena la música inmortal del Grial interpretada al piano por Juan Amadeo, curando milagrosamente a la gente y a los animales.

  Nos cuenta Naroa, directora del proyecto:
"Me sentía perdida en un mundo cruel y absurdo, estaba indispuesta contra todo. Sentía no pertenecer a nadie ni a nada de lo que me rodeaba. Mi única salvación eran las montañas, los paseos por el bosque y los animales. Desde que era niña, llevaba comida a los perros abandonados que vagabundeaban por nuestro pueblo: me recordaban aquella parte de mí cuyo sentido no encontraba... Pero una vez escuché hablar sobre una persona.... ¡sobre Juan Amadeo! Y cuando por fin lo vi por primera vez, sentí fuego en el corazón. A través de él empiezo a conocer qué es la bondad y el amor, siento el consuelo y la paz. A su lado puedo crecer y volverme más bondadosa. Ya no estoy sola.
He empezado a poner su música a los niños que acuden al centro de rehabilitación para el tratamiento, y a los caballos traumatizados por la gente. Y lo que había empezado como un centro de equinoterapia, hoy se ha convertido en el Centro de Antroponaturogamia de Juan Amadeo.
Juan Amadeo revela al mundo conocimientos que superan todo lo que acumuló la humanidad en el mundo científico. Su grandísimo descubrimiento es la Teoantroponaturogamia, que es la ciencia cátara por excelencia sobre la unión de la gente, los animales y la naturaleza en una familia armoniosa por medio de la manifestación en ellos del potencial divino.
Él ve la naturaleza como un ámbito benévolo para el hombre. Animales, hierbas, flores y árboles han preservado la bondad perdida por el homo sapiens y ayudan a la ggente no solo a recuperar su fuerza física o psíquica, sino también a crecer espiritualmente. Juan Amadeo enseña cómo la naturaleza armoniza al ser humano, le devuelve la paz, le ofrece el consuelo y el amor que faltan tanto en esta vida, en nuestras familias, en las que cada uno de los niños tiene tanta necesidad del Padre y la Madre celestiales.

Juan Amadeo abre el potencial de la bondad que se preserva en la naturaleza a través de su música y su vida personal. Sus conciertos de piano, estas sinfonías únicas del buen universo transmiten la bondad celestial. Él canta en un coro espiritual de pájaros, árboles, de toda la naturaleza, e inicia a los oyentes en los misterios de la teoantroponaturología.

  Desde 2012 practicamos la equinoterapia, trabajando con adolescentes que han tenido graves problemas de comportamiento en sus familias, con niños que padecen parálisis, autismo, transtorno psíquico y otras enfermedades.
  Los caballos son animales que tienen gran capacidad de rehabilitar a los enfermos y para la profilaxis de enfermedades. Ya los egipcios atribuían a los animales una gran capacidad para curar de muchas enfermedades; los antiguos griegos utilizaron la equitación para mejorar la salud de enfermos crónicos; el 'padre de la medicina Hipócrates consideraba que los ejercicios con caballos eran muy eficaces para sus pacientes. Los estudios modernos también han confirmado los beneficios de los animales-compañeros para la gente que se rehabilita tras enfermedades o traumas.
  Lo más sorprendente ha empezado en enero de 2014, cuando en lugar de ejercicios psico-pedagógicos hemos decidodo en cada sesión de terapia transmitir las sinfonías celestiales de Mozart, Haydn y Beethoven interpretadas por Juan Amadeo al piano.
  ¡A partir de este momento -para cuya consecución anteriormente habría tenido que pasar no menos de un año de sesiones continuas- han empezado a manifestarse en un tiempo más breve ¡a veces en un instante! Y no solo en el caso de parálisis cerebral, donde el proceso se manifiesta de forma más evidente (por ejemplo, niños que antes solo podían estar tumbados, sujetos al caballo, ahora pueden mantenerse en la silla de una manera independiente, disipando las contracturas en las palmas y los pies), sino también en el caso de trastornos psíquicos. Chicas que no podían orientarse y se perdían enseguida tras salir de su casa, ahora montan a caballo con seguridad y dibujan el mundo revelado a ellas por esta música. ¡Niños que eran incapaces de controlar sus impulsos, ahora son capaces de concentrarse, analizar sus acciones, y ya pueden vivir sin tratamiento medicinal!

Nuestros fieles amigos caballos

  Cada día a las 5:30 h en el valle de Logroño suenan las perlas doradas de las oraciones musicales. Y los caballos que pastan en las colinas, bajan sin falta al galope para escuchar el concierto celestial. Se colocan uno tras otro entre los árboles en dirección a la música y recogen el amor de los manantiales musicales transmitidos desde las esferas elevadas que no existen en la Tierra. Llenos de las vibraciones del Buen Universo del supremo amor, la bondad y la paz, se disponen después a derramar este amor a cada uno de los niños.

  Los chicos llegan alrededor de las 11 h. A veces llegan de mal humor: gritan, se golpean, llegan con dolor o con tristeza... Nuestros fieles amigos, los caballos, no solo aguantan estoicamente, sino sirven de tal modo que al poco tiempo los chicos están absotamente transfigurados: ya están tranquilos, dejan de golpearse.
  Es difícil creer que estos caballos sensibles y atentos, hace poco ni siquiera se dejaban tocar. Temblaban de miedo, rechazaban la comida, se agitaban golpeándose contra las paredes hasta ensangrentarse, instentando huir o suicidarse. No es extraño, pues sus antiguos amos los maltrataron cruelmente, matándolos de hambre... Hemos salvado literalmente de la muerte a los animales. DAdos de baja por su vejez, estaban condenados a acabar sus días en el matadero y lo comprendían. Es difícil explicar con palabras la tristeza y las lágrimas en los ojos de los caballos que durante toda su vida sirvieron fielmente a la gente y después recibieron como recompensa tanto mal...
La música sobrecelestial de Mozart ha podido recuperar en los caballos la paz y la confianza. Ahora están felices y  sontiernos como corderitos mansos, como perritos fieles.

'Son ángeles que tocan...'

  ¡Qué efecto causa la música en los niños! Sus rostros se iluminan con una sonrisa maravillosa de reconocimiento: '¡Por fin!' Intentan agradecer, aunque muchos niños no saben hablar... o simplemente sonríen de oreja a oreja. Su rostro está lleno de alegría, y los ojos hablan de tal modo que no hacen falta las palabras. Y a la pregunta: '¿Qué sentís escuchando estea música?' contestan literalmente lo siguiente: 'el amor verdadero', 'la alegría', 'la paz', 'es música buena', 'son ángeles que tocan'...
A través de estas interpretaciones, algo ocurre no solo con las almas, sino también con los cuerpos. Las extremidades de los que padecían espasmos se estiran, ya pueden hacer ejercicios. Otros niños cantan canciones cátaras, practican sinritmia, repiten movimientos plásticos viendo un vídeo grabado de Juan de San Grial (Juan Amadeo) ¡Nos faltan manos que capten con una cámara estos instantes maravillosos!
  El sol de la bondad superante ilumina el rostro de cada niño, brilla en el corazón de cada caballo, mientras suena la música de Mozart, Beethoven, Haydn, Chopin... Cristo y la Madre Divina nos visitan a través del cuerpo musical sutil y dorado de Juan Amadeo, que milagrosamente se traslada aquí.
  Y lo más imporante: nuestros pacientes se llenan de alegría y deseo de vivir. ¡Su vida ha empezado a tener sentido!

Ana y Pablo

Ana, 31 años de edad, farmacéutica. Le diagnosticaron cáncer cerebral. Perdió completamente el control del cuerpo, no podía mantener la cabeza erguida, no hablaba... Ya durante un año toma sesiones con nuestros caballos y la música de Mozart interpretada por Juan Amadeo. Al principio temía a los animales (por un trauma infantil: cayó de un caballo cuando eran niña), sin embargo, asistió a todas las sesiones. Ha superado mucho, inspirada y animada por la música de las divinidades. ¡Mirad con qué seguridad caballeresca se mantiene montada a caballo! Recuperó el tono vital de los músculos, la coordinación la figura ¡Milagros!

Pablo... vino con Pedro María. Le costaba mucho mover los brazos, sobre todo el derecho, no podía controlar sus movimientos. Esto dejó huellas en su habla y respiración, prácticamente no sqbía hablar ni tampoco correr o partir una manzana... Ahora el chico hace movimientos plásticos, puede montar a caballo con seguridad, mover sus brazos y piernas, dirigir el caballo por sí mismo. Habla, corre, brinca, monta en bici, respira mucho mejor. ¡Y con qué alegría canta las canta canciones!






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