La música de los Castillos del Grial



  En el año 1876 la revista "Russkie Viédornosti" ("La gaceta rusa") envió al joven Tchaikovskiy como corresponsal a Bayreuth, en Baviera para las celebraciones en honor del ya famoso en aquel tiempo Richard Wagner. El estreno de la temporada fue el ciclo "El anillo de los nibelungos". 

  Tchaikoskiy llega, de hecho, de incógnito. Y la primera ópera a la que asistió fue "El oro del rin", prólogo del ciclo wagneriano. El compositor estaba impresionado y fascinado. Medita bien el informe que ha de escribir, el cual emborronará por la noche y luego enviará a la revista por telégrafo... 
  Se escucha un golpe en la puerta del palco ¡Luis II de Baviera lo advirtió! El palco real estaba frente al palco de los corresponsales. Luis como un iniciado, leyó a Tchaikovskiy y quedó impactado por su rostro, descubriendo un genio en el joven invitado ruso. 
  Thaikowskiy fue presentado al rey. Tras el intercambio formal de cortesía Luis le preguntó:
   - ¿Qué le pareció "El oro del rin"? 
   - Su majestad, sobre un drama tan sublime siempre se podría hablar mejor. 
   La respuesta sorprendió a Luis, quien estaba personalmente interesado en que los argumentos del santo Grial, venerados por él, encontraran una expresión musical adecuada. El rey sonrió misteriosamente: 
   - ¿Quiere que le muestre el oro verdadero? 
   - ¡Por supuesto! 
   - Entonces mañana le invito a mi castillo en Neuswanstein. Solo con una condición: su llegada se mantendrá en secreto. Según tengo entendido ¿usted es corresponsal? prométame que jamás nadie sabrá acerca de su visita. 
   - Lo prometo, su majestad -respondió Tchaikoskiy inclinándose ante el rey. 
  Al día siguiente, Tchaikoskiy llega al castillo. Tras una breve preparación (la iniciación como caballero) permanece en Neuswanstein por una noche y oye el canto del cisne. 
  El milagro más grande se consideraba estar presente durante el canto de los cisnes. Varias parejas de cisnes cantan una tras otra... Tchaikoskiy escucha los cantos, a cual más hermoso, ve brotar de sus ojos las lágrimas de un amor superior y comprende que acaba de recibir la más alta iniciación caballeresca en Minné. 
  A su llegada a Rusia, sin decir ni una palabra sobre su visita a Neuswanstein. Tchaikoskiy escribió el ballet "El lago de los cisnes". La trama totalmente arquetípica se la reveló uno de los caballeros, que Pyotr Illych conoció en el castillo de Luis. El choque entre las fuerzas del bien y el mal y el triunfo definitivo del bien: el argumento del santo Grial, universal, para todos los tiempos. 

(extracto del libro "Grial, iniciación a la caballería blanca" de Juan de San Grial)

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