EL DESIGNIO DEL ARTE

El designio del arte y, sobre todo de la música, es servir de instrumento divino mediante el cual se vence el precipicio de este mundo. Mozart entiende perfectamente que la música está destinada a dar un gran consuelo. Sólo mientras suena la voz más preclara de las preclaras, buenísima de las buenas, la melodía más tierna, el alma, al ser atraída por ella, vence todas las quimeras, todo lo tentador y lo oscuro.


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